El misterio de los ojos de Guadalupe


En 1929, el fotógrafo oficial de la basílica guadalupana (México), creyó percibir el rostro de un hombre en los ojos de la Virgen cuando sacaba una foto cerca del lienzo. El rostro pareció apreciarlo en una imagen que tenía unas pupilas menores a 1 cm de diámetro. El artículo y la foto publicada en aquella época fue olvidada hasta que hace apenas 20 años, Lauvvoignet, un fotógrafo y ocultista, decidió retomarlo e investigarlo.

Y lo primero que le llamó la atención era el fiel reflejo óptico de la pintura y su realismo después de aumentarla con potentes lentes, los ojos parecían vivos. En el Iris pintado de la virgen, aumentado cientos de veces, se podían observar manchas que, observadas de cerca, ofrecían imágenes de personas, rostros. Pero estas personas reflejadas en el minúsculo ojo, no estaban puestas de forma fortuita como si hubieran salido al azar. De hecho, el reflejo de las personas, se veía igual en un ojo que en el otro... ¿qué habilidad técnica sería capaz hace 500 años de dibujar hasta 13 personas (curioso número) dentro de la mancha de un lienzo menor a 1 cm de diámetro?... y lo mismo en el otro ojo...  La respuesta es ninguna.

En las dos corneas aparecen las 13 personas, las 13 mismas personas en la misma posición. Es como si se hubiera hecho una foto instantánea y con una calidad superior a la que podemos hacer ahora mismo con las supercámara pero claro, hace 500 años.


Las personas que aparecen son obispos antiguos, terratenientes españoles, familia indígenas e incluso una muchacha negra, que vivió durante la época y que se supone, fue una sirviente del obispo.

Los expertos han tratado de intentar explicar cómo fue posible que hace unos 500 años, se pudiera dibujar a 13 personas de forma realista y como si fueran el reflejo en un ojo vivo, cuando el tamaño del Iris y la pupila del cuadro es exactamente de 8 mm. Pero hasta la fecha ningún experto ha podido lanzar ningún rayo de luz sobre este asunto, y la única explicación que se le da a este misterio es la de que la autoría de esta increíble hazaña no fue realizada por la mano del hombre, se trata pues de un fenómeno sobrenatural... por eso se ha interpretado como un símbolo de acción divina.

Con los años, la Virgen de Guadalupe, se ha ido convirtiendo en un lugar de peregrinación de devotos que de cientos pasaron a miles, todos queriendo ver esta muestra de divinidad. Y si se trata de una señal divina, si se trata de una increíble habilidad, o de una coincidencia asombrosa, lo que sí parece es que algo raro, algo curioso o especial, ha pasado aquí.


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